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mistralviajera

COMO UN QUESO

Llevo años trabajando rodeada de tíos que no se pueden ni imaginar dentro de una fantasía erótica... porque la estropearían.

Te acabas convenciendo de que el trabajo y el placer, por fuerza están reñidos para siempre.

Pero que pasa si tienes cerca un cuerpo ibérico de bellota pata negra? Al principio te mentalizas: este tío es cuerpo de gimnasio. Será un gilipollas. Y pasan los meses y ni cruzas dos palabras. Un buen día, coincidiendo con un trabajo a deshoras, tenéis que estar juntos y solos. Así que habláis. Y resulta que es un encanto, educado, dulce, con novia... - malditas novias piensas...-

Y de ahí pasas al detector permanente: sus movimientos, sus olores - porque este fuma y así huele su ropa, pero es un olor que hasta en él es agradable!!-, sus palabras.

Vamos, que no te lo comerías porque la conciencia te dice que todo lo que no mata engorda... y con eso te consuelas, porque seguro que este tío tiene que engordar de malo que te puede resultar para el cuerpo... de tu marido!!

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